de Mons. Tihamet Toth.
Segunda parte del libro El Mesías.
Resumen y actualización.
¿COMO HONRAR A MARIA?
(Continuación)
474.- Y entonces brotó de labios de María el cántico de eterna hermosura, el Magníficat, que desvía de sí toda alabanza, todo homenaje, y los ofrece a DIOS. Mi alma engrandece al Señor; mi espíritu está trasportado de gozo en el DIOS salvador mío; porque ha puesto los ojos en la bajeza de su esclava..., lo que haya en mí de bueno, de virtud hermosa, todo es limosna recibida de manos de DIOS. Cuya misericordia se derrama de generación en generación sobre los que Le temen. Hizo alarde del poder de su brazo; deshizo las miradas del corazón de los soberbios; derribó del trono a los poderosos y ensalzó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos, y a los ricos despidió vacíos... ¿Es posible alabar más bellamente la Omnipotencia divina que vigila sobre el mundo con fuerza y dulzura? ¿Es posible fortalecer más nuestra fe puesta en DIOS?
475.- En cierta ocasión un hombre gravemente enfermo se desplomó en la calle. Lo llevaron a un hospital y llamaron a un sacerdote para que lo confesara. Pero el pobre hombre hacía ya tiempo que había perdido la fe de su juventud, por el duro y cruel camino de la vida; y por mucho que el sacerdote insistió en hablar con él, rechazaba con dureza la palabra del Ministro de DIOS. Más cuando éste, agotados ya todos los recursos, empezó a hablar de la madre del enfermo, se ablandó entonces el corazón empedernido y resurgió la fe sepultada de la niñez.
476.- ¡Cuántos hombres de nuestros días sienten menguar su fe por el camino amargo de la vida! ¡Cuántos la perdieron por completo! Debemos hablarles de la Madre celestial, para que por medio de Ella vuelvan a la fe viva de sus mayores. Gritemos nuevamente a Cristo: ¡Bienaventurado el vientre que te llevó! Y escuchemos la respuesta que brota de los divinos labios: Bienaventurados más bien los que oyen la palabra de DIOS, y la ponen en práctica, San Lucas 11,28.
477.- El culto Mariano comunica unidad a nuestra fe; guarda la incolumidad, la pureza, la unidad de nuestra fe en Cristo. Hay quienes desconociendo la historia, afirman lo contrario.- El culto mariano, dicen, no es una práctica que nos venga del primitivo cristianismo. Hasta el año 431, en el Concilio de Éfeso no fue declarada Madre de DIOS; en 1854 fue definido el dogma de la Concepción Inmaculada; y le añadimos que en 1950 el Papa Pío 12 proclama la Asunción de la Virgen al Cielo en cuerpo y alma.
478.- La verdad es que realmente la Iglesia definió en esas fechas esos Dogmas, pero desde sus comienzos creía en ellos. La Iglesia define dogmáticamente una verdad, solamente si tal verdad de fe se ve atacada o está puesta en tela de juicio. La Virgen María siempre estuvo exenta de todo pecado original. El pintor español y sevillano, Murillo, unos trescientos años antes de que se definiera la Concepción Inmaculada de María ya pinto treinta cuadros magníficos de la Inmaculada, y en algún pueblo de España ya se celebraba su fiesta; el concilio de Trento en el siglo 16 anuncia la creencia de la Iglesia; San Efrén mil quinientos años antes también la defendió; el franciscano Duns Scoto en la Universidad de París ya decía: DIOS podía o no podía tener una Madre Inmaculada; DIOS quería o no quería tener una Madre Inmaculada; luego si podía y quería, la hizo: potuit, voluit, ergo fecit. Y San Lucas, inspirado por el Espíritu Santo, ya la llama Llena de Gracia; no lo estaría si no hubiera sido Inmaculada desde su concepción. Y San Bernardo la llama: llena para sí y súper llena para los demás.
Segunda parte del libro El Mesías.
Resumen y actualización.
¿COMO HONRAR A MARIA?
(Continuación)
474.- Y entonces brotó de labios de María el cántico de eterna hermosura, el Magníficat, que desvía de sí toda alabanza, todo homenaje, y los ofrece a DIOS. Mi alma engrandece al Señor; mi espíritu está trasportado de gozo en el DIOS salvador mío; porque ha puesto los ojos en la bajeza de su esclava..., lo que haya en mí de bueno, de virtud hermosa, todo es limosna recibida de manos de DIOS. Cuya misericordia se derrama de generación en generación sobre los que Le temen. Hizo alarde del poder de su brazo; deshizo las miradas del corazón de los soberbios; derribó del trono a los poderosos y ensalzó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos, y a los ricos despidió vacíos... ¿Es posible alabar más bellamente la Omnipotencia divina que vigila sobre el mundo con fuerza y dulzura? ¿Es posible fortalecer más nuestra fe puesta en DIOS?
475.- En cierta ocasión un hombre gravemente enfermo se desplomó en la calle. Lo llevaron a un hospital y llamaron a un sacerdote para que lo confesara. Pero el pobre hombre hacía ya tiempo que había perdido la fe de su juventud, por el duro y cruel camino de la vida; y por mucho que el sacerdote insistió en hablar con él, rechazaba con dureza la palabra del Ministro de DIOS. Más cuando éste, agotados ya todos los recursos, empezó a hablar de la madre del enfermo, se ablandó entonces el corazón empedernido y resurgió la fe sepultada de la niñez.
476.- ¡Cuántos hombres de nuestros días sienten menguar su fe por el camino amargo de la vida! ¡Cuántos la perdieron por completo! Debemos hablarles de la Madre celestial, para que por medio de Ella vuelvan a la fe viva de sus mayores. Gritemos nuevamente a Cristo: ¡Bienaventurado el vientre que te llevó! Y escuchemos la respuesta que brota de los divinos labios: Bienaventurados más bien los que oyen la palabra de DIOS, y la ponen en práctica, San Lucas 11,28.
477.- El culto Mariano comunica unidad a nuestra fe; guarda la incolumidad, la pureza, la unidad de nuestra fe en Cristo. Hay quienes desconociendo la historia, afirman lo contrario.- El culto mariano, dicen, no es una práctica que nos venga del primitivo cristianismo. Hasta el año 431, en el Concilio de Éfeso no fue declarada Madre de DIOS; en 1854 fue definido el dogma de la Concepción Inmaculada; y le añadimos que en 1950 el Papa Pío 12 proclama la Asunción de la Virgen al Cielo en cuerpo y alma.
478.- La verdad es que realmente la Iglesia definió en esas fechas esos Dogmas, pero desde sus comienzos creía en ellos. La Iglesia define dogmáticamente una verdad, solamente si tal verdad de fe se ve atacada o está puesta en tela de juicio. La Virgen María siempre estuvo exenta de todo pecado original. El pintor español y sevillano, Murillo, unos trescientos años antes de que se definiera la Concepción Inmaculada de María ya pinto treinta cuadros magníficos de la Inmaculada, y en algún pueblo de España ya se celebraba su fiesta; el concilio de Trento en el siglo 16 anuncia la creencia de la Iglesia; San Efrén mil quinientos años antes también la defendió; el franciscano Duns Scoto en la Universidad de París ya decía: DIOS podía o no podía tener una Madre Inmaculada; DIOS quería o no quería tener una Madre Inmaculada; luego si podía y quería, la hizo: potuit, voluit, ergo fecit. Y San Lucas, inspirado por el Espíritu Santo, ya la llama Llena de Gracia; no lo estaría si no hubiera sido Inmaculada desde su concepción. Y San Bernardo la llama: llena para sí y súper llena para los demás.
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