¿COMO HONRAR A MARIA?

15:55

(Continuación)
de Mons. Tihamet Toth.
Segunda parte del libro El Mesías.
Resumen y actualización.


438. ¿Es posible hablar con más claridad? Aludimos a estos pasajes de la Sagrada Escritura cuando rezamos en el Credo: fue concebido por obra del Espíritu Santo, nació de María Virgen. Con ello confesamos que Cristo nació de un modo muy distinto a los demás hombres. EL no tuvo padre mortal en la tierra; EL no se vio sujeto a la ley natural de los nacimientos, si bien recibió de una Madre su cuerpo, no lo recibió como los demás hombres, porque su Madre, María, fue Virgen e intacta antes de su nacimiento y lo fue también en el parto y después. Es verdad que no puede comprenderlo nuestra pobre razón humana; hemos de creerlo, ¡es necesario creerlo! Y el que no lo crea, no puede ser cristiano, ni católico.

439. En relación con este dogma, quisiera destacar también una circunstancia que corrobora esta nuestra creencia. Lo corrobora y hace asequible hasta tal punto, que, aunque no llegamos a comprender la Maternidad Virginal de María, porque nunca podremos comprenderla aquí en la tierra, nos vemos forzados a exclamar: realmente, así tenía que venir el Hijo de DIOS a nosotros. Es cuestión de creer de verdad que nada hay imposible para DIOS.440. Conocéis, claro está, a padres buenos, honrados, que tienen un hijo, o varios, que en nada se parece a la familia. Padres fervorosos, piadosos, honrados, que tienen hijos frívolos, pródigos, degradados. Y a veces, también salen buenos y santos, de padres poco ejemplares. ¿Quién comprende semejante secreto? Y esto, ya desde Adán y Eva, y en reyes y profetas de Israel. Las últimas conclusiones biológicas afirman que cuando lo padres dan el ser a un nuevo hijo, la nueva plantecilla humana queda injertada desde su primer momento en un tronco milenario del árbol de la humanidad, y recibe como triste y misteriosa herencia, las tendencias, las disposiciones buenas o malas, de padres, abuelos y aún de lejanos ascendientes. El que nace hoy no puede ya ser un hombre primitivo, tal como salió el primer hombre de las manos del Creador; sino que somos todos, una mezcla incomprensible y dolorosa de los caminos, inclinaciones, deseos, deslices y pecados de nuestros antepasados próximos o remotos. Es una triste realidad.

441. Y pregunto ahora, haciendo abstracción de los fundamentos dogmáticos: ¿No era necesario que nuestro Redentor, al bajar a la tierra, escogiera en su nacimiento un camino completamente distinto? Un camino que en cierto modo, lo dejase aislado del tronco podrido, enfermo, de la humanidad. Un camino que presentase un origen distinto de los demás. Un camino por donde llegase a la tierra el nuevo Adán, completamente puro, ideal, que sale inmediatamente de las manos de DIOS, como en día lejano salió también el primer Adán inmediatamente de las manos del Creador.

442. Desde luego, para admitir que Cristo nació tal como lo enseña nuestra religión sacrosanta, es a saber: sin Padre, de una Madre que concibió por obra del Espíritu Santo, necesitamos una fe profunda. Pero a la vez, parece más fácil aceptar este nacimiento peregrino que atribuir al Hijo de DIOS hecho hombre un nacimiento común, y hacerle llegar por el camino acostumbrado, por donde vienen al mundo los hijos de los hombres. Y si comprendemos esta enseñanza sublime de nuestra religión sacrosanta, entonces podemos hablar con todo derecho de la Madre (siempre) Virgen, de la Virgen Bendita, y podemos honrar en Ella con profunda humildad a la siempre Virgen, Madre Inmaculada.

443. Los hermanos de Cristo. Si es así, entonces todos tenemos que deplorar en lo más hondo del corazón los indignos ataques que al correr de los tiempos se dirigieron contra la Virgen María en este punto precisamente, y que querían poner en tela de juicio su virginidad integérrima.

444. Nuestra sacrosanta Fe no tiene nada que ocultar, no tenemos motivos para turbarnos por cualquier clase de acusación; quiero enfrentarme ahora con la descarada murmuración, con la terrible calumnia que los enemigos obcecados de la siempre Virgen María quieren esparcir por todas partes e inculcarla en el alma de los hombres, maledicencia que acaso no haya llegado a muchos de mis lectores, pero que no podemos omitir, porque han de vivir preparados para rebatirla, si un día llegaran a oírla.

445. Me refiero a los hombres indignos, ignorantes o malos, que, obcecados contra María, susurran con maliciosa satisfacción a nuestros oídos, por todos los medios a su alcance: ¿por qué habláis continuamente de la Virgen María cuando, además de Jesús, tuvo varios hijos? La llamáis Virgen sin derecho. Hiela el alma al ver con qué gozo, con qué superioridad triunfal suelen lanzar este cargo en el rostro de los fieles, y con citas de la Sagrada Escritura, y ver que los nuestros, si es que lo son, en tales trances quedan turbados, no saben qué contestar y se callan, cubiertos de rubor. Como si no hubieran tenido madre, ni amor hacia ella, deseándole lo mejor, si hubieran podido.

446. La Biblia habla de los hermanos de Jesús. En cierta ocasión, el Señor se vio rodeado de gran muchedumbre, mientras enseñaba. San Marcos 3,31 escribe así: Entretanto llegan su Madre y hermanos; y quedándose fuera, enviaron a llamarle. En San Mateo 13,55-56: Por ventura ¿no es el hijo del artesano, se preguntan después de oír sus sabias enseñanzas? Su Madre ¿no se llama María? ¿No son sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? Y sus hermanas ¿no viven todas entre nosotros? Y en San Juan 2,12: Fue Jesús a Cafarnaúm, y con El fueron su Madre, sus hermanos y sus discípulos; y en San Juan 7,5: aun muchos de sus hermanos no creían en El. Y en los Hechos de los Apóstoles 1,14: María, Madre de Jesús y sus hermanos.447. No se pueden entender estos pasajes como si fueran hermanos carnales, si se conoce bien la Sagrada Escritura y las costumbres y formas de hablar de algunas zonas, en que la palabra hermanos, tiene el sentido de parientes en sus diversos grados, y también de amistad. Confrontando a San Lucas 24,10 con San Juan 19,25 se hablar de otras Marías: María la madre de Santiago; estaban junto a la Cruz de Jesús su Madre y la hermana de su Madre, María mujer de Cleofás. De modo que la Virgen María tenía una parienta, que se llamaba también María, que era mujer de Cleofás, y tenía un hijo, Santiago, el Menor. Pues bien, San Marcos 6,3, llama también a éste hermano de Cristo, cuando es claro que era su primo. Y es que en el lenguaje oriental y en muchos otros sitios, se llamaban hermanos se llaman todavía hoy, aun los parientes lejanos, los que pertenecen a una misma familia, o se tienen una gran amistad. En muchos pueblos de América se oye decir también: Hola, hermano; ¿Adónde vas, hermanito? ¿Cómo? ¿Aquel niño de diez años es tu hermanito? ¡Pero tú tienes ya 40! ¡Ah, si, es mi sobrino!

448. También en el Antiguo Testamento. En cierta ocasión se le llama a Lot hermano de Abraham, y en otra ocasión se consigna con fidelidad que Lot era el hijo del hermano de Abraham, es decir, sobrino suyo. También leemos de Jacob que era hermano de Labán, y, sin embargo, sabemos que era hijo de su hermano. El Cantar de los Cantares 4,9, llama a la misma esposa o novia hermana”. Los mismos herejes también se llaman hermanos, y no son hijos de la misma madre.... Continuará.

0 comentarios:

¿COMO HONRAR A MARIA?

jueves, 24 de septiembre de 2009
(Continuación)
de Mons. Tihamet Toth.
Segunda parte del libro El Mesías.
Resumen y actualización.

438. ¿Es posible hablar con más claridad? Aludimos a estos pasajes de la Sagrada Escritura cuando rezamos en el Credo: fue concebido por obra del Espíritu Santo, nació de María Virgen. Con ello confesamos que Cristo nació de un modo muy distinto a los demás hombres. EL no tuvo padre mortal en la tierra; EL no se vio sujeto a la ley natural de los nacimientos, si bien recibió de una Madre su cuerpo, no lo recibió como los demás hombres, porque su Madre, María, fue Virgen e intacta antes de su nacimiento y lo fue también en el parto y después. Es verdad que no puede comprenderlo nuestra pobre razón humana; hemos de creerlo, ¡es necesario creerlo! Y el que no lo crea, no puede ser cristiano, ni católico.

439. En relación con este dogma, quisiera destacar también una circunstancia que corrobora esta nuestra creencia. Lo corrobora y hace asequible hasta tal punto, que, aunque no llegamos a comprender la Maternidad Virginal de María, porque nunca podremos comprenderla aquí en la tierra, nos vemos forzados a exclamar: realmente, así tenía que venir el Hijo de DIOS a nosotros. Es cuestión de creer de verdad que nada hay imposible para DIOS.440. Conocéis, claro está, a padres buenos, honrados, que tienen un hijo, o varios, que en nada se parece a la familia. Padres fervorosos, piadosos, honrados, que tienen hijos frívolos, pródigos, degradados. Y a veces, también salen buenos y santos, de padres poco ejemplares. ¿Quién comprende semejante secreto? Y esto, ya desde Adán y Eva, y en reyes y profetas de Israel. Las últimas conclusiones biológicas afirman que cuando lo padres dan el ser a un nuevo hijo, la nueva plantecilla humana queda injertada desde su primer momento en un tronco milenario del árbol de la humanidad, y recibe como triste y misteriosa herencia, las tendencias, las disposiciones buenas o malas, de padres, abuelos y aún de lejanos ascendientes. El que nace hoy no puede ya ser un hombre primitivo, tal como salió el primer hombre de las manos del Creador; sino que somos todos, una mezcla incomprensible y dolorosa de los caminos, inclinaciones, deseos, deslices y pecados de nuestros antepasados próximos o remotos. Es una triste realidad.

441. Y pregunto ahora, haciendo abstracción de los fundamentos dogmáticos: ¿No era necesario que nuestro Redentor, al bajar a la tierra, escogiera en su nacimiento un camino completamente distinto? Un camino que en cierto modo, lo dejase aislado del tronco podrido, enfermo, de la humanidad. Un camino que presentase un origen distinto de los demás. Un camino por donde llegase a la tierra el nuevo Adán, completamente puro, ideal, que sale inmediatamente de las manos de DIOS, como en día lejano salió también el primer Adán inmediatamente de las manos del Creador.

442. Desde luego, para admitir que Cristo nació tal como lo enseña nuestra religión sacrosanta, es a saber: sin Padre, de una Madre que concibió por obra del Espíritu Santo, necesitamos una fe profunda. Pero a la vez, parece más fácil aceptar este nacimiento peregrino que atribuir al Hijo de DIOS hecho hombre un nacimiento común, y hacerle llegar por el camino acostumbrado, por donde vienen al mundo los hijos de los hombres. Y si comprendemos esta enseñanza sublime de nuestra religión sacrosanta, entonces podemos hablar con todo derecho de la Madre (siempre) Virgen, de la Virgen Bendita, y podemos honrar en Ella con profunda humildad a la siempre Virgen, Madre Inmaculada.

443. Los hermanos de Cristo. Si es así, entonces todos tenemos que deplorar en lo más hondo del corazón los indignos ataques que al correr de los tiempos se dirigieron contra la Virgen María en este punto precisamente, y que querían poner en tela de juicio su virginidad integérrima.

444. Nuestra sacrosanta Fe no tiene nada que ocultar, no tenemos motivos para turbarnos por cualquier clase de acusación; quiero enfrentarme ahora con la descarada murmuración, con la terrible calumnia que los enemigos obcecados de la siempre Virgen María quieren esparcir por todas partes e inculcarla en el alma de los hombres, maledicencia que acaso no haya llegado a muchos de mis lectores, pero que no podemos omitir, porque han de vivir preparados para rebatirla, si un día llegaran a oírla.

445. Me refiero a los hombres indignos, ignorantes o malos, que, obcecados contra María, susurran con maliciosa satisfacción a nuestros oídos, por todos los medios a su alcance: ¿por qué habláis continuamente de la Virgen María cuando, además de Jesús, tuvo varios hijos? La llamáis Virgen sin derecho. Hiela el alma al ver con qué gozo, con qué superioridad triunfal suelen lanzar este cargo en el rostro de los fieles, y con citas de la Sagrada Escritura, y ver que los nuestros, si es que lo son, en tales trances quedan turbados, no saben qué contestar y se callan, cubiertos de rubor. Como si no hubieran tenido madre, ni amor hacia ella, deseándole lo mejor, si hubieran podido.

446. La Biblia habla de los hermanos de Jesús. En cierta ocasión, el Señor se vio rodeado de gran muchedumbre, mientras enseñaba. San Marcos 3,31 escribe así: Entretanto llegan su Madre y hermanos; y quedándose fuera, enviaron a llamarle. En San Mateo 13,55-56: Por ventura ¿no es el hijo del artesano, se preguntan después de oír sus sabias enseñanzas? Su Madre ¿no se llama María? ¿No son sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? Y sus hermanas ¿no viven todas entre nosotros? Y en San Juan 2,12: Fue Jesús a Cafarnaúm, y con El fueron su Madre, sus hermanos y sus discípulos; y en San Juan 7,5: aun muchos de sus hermanos no creían en El. Y en los Hechos de los Apóstoles 1,14: María, Madre de Jesús y sus hermanos.447. No se pueden entender estos pasajes como si fueran hermanos carnales, si se conoce bien la Sagrada Escritura y las costumbres y formas de hablar de algunas zonas, en que la palabra hermanos, tiene el sentido de parientes en sus diversos grados, y también de amistad. Confrontando a San Lucas 24,10 con San Juan 19,25 se hablar de otras Marías: María la madre de Santiago; estaban junto a la Cruz de Jesús su Madre y la hermana de su Madre, María mujer de Cleofás. De modo que la Virgen María tenía una parienta, que se llamaba también María, que era mujer de Cleofás, y tenía un hijo, Santiago, el Menor. Pues bien, San Marcos 6,3, llama también a éste hermano de Cristo, cuando es claro que era su primo. Y es que en el lenguaje oriental y en muchos otros sitios, se llamaban hermanos se llaman todavía hoy, aun los parientes lejanos, los que pertenecen a una misma familia, o se tienen una gran amistad. En muchos pueblos de América se oye decir también: Hola, hermano; ¿Adónde vas, hermanito? ¿Cómo? ¿Aquel niño de diez años es tu hermanito? ¡Pero tú tienes ya 40! ¡Ah, si, es mi sobrino!

448. También en el Antiguo Testamento. En cierta ocasión se le llama a Lot hermano de Abraham, y en otra ocasión se consigna con fidelidad que Lot era el hijo del hermano de Abraham, es decir, sobrino suyo. También leemos de Jacob que era hermano de Labán, y, sin embargo, sabemos que era hijo de su hermano. El Cantar de los Cantares 4,9, llama a la misma esposa o novia hermana”. Los mismos herejes también se llaman hermanos, y no son hijos de la misma madre.... Continuará.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Blogger news

Video

Links

About

Con la tecnología de Blogger.

About Me

Mi foto
Rosario Serrano
soy diseñadora gráfica y profesora de religión y de lengua y literatura
Ver todo mi perfil

Search