TEOLOGIA 2 : TEMA 11

15:27

A.- Biblia: Victoria del Cristianismo
B.- Teología: Deberes del 2º Mandamiento
A.- Biblia: Victoria del Cristianismo
261. Fin de la persecución. Diocleciano y Maximiano se vieron obligados a abdicar; Galerio, atormentado por una repugnante úlcera, se consumía vivo, reconociendo como Antioco, que pesaba sobre él la justicia de DIOS. Los tres acabaron lastimosamente la vida y de forma progresiva, la persecución se fue apaciguando; se abrieron las prisiones, volvieron los fugitivos y todo se iba normalizando.

262. Milagrosa victoria de Constantino. Era hijo de Constancio Cloro y de Santa Elena. Sucedió a su padre en calidad de César, siendo todavía pagano. Admiraba y respetaba a los cristianos, estaba convencido de la gran fuerza moral que suponía para el imperio, y lo primero que hizo fue dar libertad para el ejercicio de su religión.

263. Ante el combate decisivo frente a Majencio, hijo de Maximiano, por el que se disputaban el trono imperial, se dio cuenta que necesitaba un auxilio extraordinario para vencer a ese poderoso enemigo e invocó al DIOS de los cristianos. Hacia el mediodía apareció en el Cielo, a la vista de todo el ejército, una Cruz luminosa rodeada de una inscripción: in hoc signo vinces, con este signo vencerás. A la noche siguiente tuvo Constantino un sueño en que Jesucristo le mandó hacer un estandarte, tomando por modelo la Cruz que se le había aparecido, y que lo llevara en las batallas como protección contra los enemigos. Fue el año 312 cuando obtuvo la resonante victoria, y Majencio, en su precipitada huida, cayo al río Tíber, donde se ahogó. Y Constantino quedó dueño de todo el imperio occidental.

264. El Edicto de Milán, año 313. A partir de la victoria, Constantino comenzó a profesar públicamente la religión cristiana; mandó poner por remate de la corona imperial la Cruz y que fuese enarbolada en la bandera de las legiones, y que se colocase en lo más alto del Capitolio. En el año 313 publicó el famoso edicto de Milán, por el que se concedía a los cristianos el libre ejercicio del culto, la restitución de las Iglesias y otros inmuebles confiscados, con la consiguiente alegría para todos los cristianos, después de 300 años de persecuciones.

265. Los orientales le tienen por Santo; su madre, Santa Elena, mando hacer excavaciones en el Calvario y descubrieron los restos de la Cruz de Cristo, que se conservan repartidos en Jerusalén, Roma y norte de España. Siglos después algunos no muy bien intencionados, no vieron con buenos ojos este triunfo, pensando que era triunfalismo, olvidándose de esos otros triunfalismos materialistas, que tanto difundían cuando podían.

266. La Iglesia a través de los siglos. Con estas libertades y favores, vendrán en masa la multitudes que piden entrar en la Iglesia; y en esa masa, los peligros de la abundante cizaña mezclada. Seguir siempre ofreciendo la salvación a todos los hombres, aunque tendrá que vencer muchos obstáculos: luchas internas, abusos de los poderes públicos, decaimiento del espíritu, malos ejemplos de algunos de sus jefes, escándalos y variadas y refinadas persecuciones externas, que de alguna forma, siempre ha habido.

267. La Iglesia con su triple poder de enseñar, gobernar y santificar, estará en constante lucha contra el espíritu mundano, el vicio y el Diablo; promoverá obras sociales de todo tipo, en todas las épocas, para todas las gentes; alentará en esa lucha constante por la perfección cristiana, ofreciendo en todo momento ese catálogo de almas santas, que día tras día, la siguen enriqueciendo. Cambiando los corazones, cambiará las estructuras; con las Verdades Inmutables de la Fe o Dogmas, con la Moral, con los Sacramentos y la Oración, con el Papado como brújula infalible, y la Virgen Inmaculada que nos invita a sentirnos todos como verdadera Familia, sigue pasando por los siglos, llevando a las almas que lo desean al Cielo.

B.- Teología: Deberes del segundo Mandamiento.

268. Ordena reverenciar el Santo Nombre de DIOS, porque merece el respeto y el honor que se debe a DIOS mismo, y nos prohíbe tomar el Nombre de DIOS en vano; en las debidas proporciones, se dice también de la Virgen, los Santos, las cosas, lugares y personas consagradas. Se nos manda en Exodo 20,7; Levítico 19,12; Deuteronomio 5,11; y en San Mateo 5,33.

269. Se entiende por el nombre de DIOS, la Majestad suprema de DIOS, Uno y Trino; honrar en el Nombre de DIOS, todos los títulos que comprende: Creador, Todopoderoso, Señor, Eterno, Infinito, Rey de reyes, Jesucristo, Santísimo Sacramento.

270. Es muy laudable y muy provechoso invocar con reverencia y amor el nombre de DIOS, al principio de las obras importantes, en los trabajos y necesidades, en los peligros, en la hora de la muerte.

271. Comprende: la Invocación reverente como ya hemos dicho, el Juramento hecho con las debidas condiciones y los Votos debidamente cumplidos.

272. El Juramento, Es la invocación del Nombre de DIOS en testimonio de la verdad; poner a DIOS por testigo de la verdad de una cosa. Puede ser asertorio cuando se emplea solo para afirmar la verdad, y promisorio cuando se emplea para confirmar con él una promesa o pacto.

273. Para que tenga validez, se ha de tener intención de jurar, al menos virtual; ha de ser con frase que no sea rutinaria, y con fórmula juratoria, usando palabras o fórmulas admitidas como tales en los juramentos. Estas fórmulas juratorias, si no figura expresamente el nombre de DIOS, habrá que examinar si es verdadero o no; a veces se invoca como testigo el nombre de aquellas cosas o criaturas En las que resplandece los atributos Divinos. San Mateo 23,20. El juramento por el honor, no tiene mÁS valor que el de una simple promesa; pues no puede jurar por el honor, los que no lo tienen o no lo respetan en los demÁS. Hay otra variedad de fÓRmulas, cuyo valor dependerÁ De la intenciÓN y las palabras que empleen.
274. El juramento es lícito cuando se hace con VERDAD, JUSTICIA O NECESIDAD; en este caso, es un acto de religión, con el que se honra a DIOS, recurriendo a El como verdad infalible. Jeremías 4,2; Gálatas 1,20; Filipenses 1,8.
275. El juramento promisorio obliga a su cumplimiento tanto si se hace a DIOS, como a los hombres, como acto de religión, si lo que se ha prometido es bueno o lícito, por la reverencia debida a DIOS. sin esto, no es válido ningún juramento.
276. El Voto. Es una promesa libre y deliberada, hecha a DIOS, de una cosa buena, posible, y mejor que su contraria, con intención de obligarse. La simple Promesa o firme resolución, no obliga bajo pecado. En cosas más concretas, consultar el Código de Derecho Canónico.

277. Catecismo, 2142 a 2149.

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TEOLOGIA 2 : TEMA 11

miércoles, 3 de junio de 2009
A.- Biblia: Victoria del Cristianismo
B.- Teología: Deberes del 2º Mandamiento
A.- Biblia: Victoria del Cristianismo
261. Fin de la persecución. Diocleciano y Maximiano se vieron obligados a abdicar; Galerio, atormentado por una repugnante úlcera, se consumía vivo, reconociendo como Antioco, que pesaba sobre él la justicia de DIOS. Los tres acabaron lastimosamente la vida y de forma progresiva, la persecución se fue apaciguando; se abrieron las prisiones, volvieron los fugitivos y todo se iba normalizando.

262. Milagrosa victoria de Constantino. Era hijo de Constancio Cloro y de Santa Elena. Sucedió a su padre en calidad de César, siendo todavía pagano. Admiraba y respetaba a los cristianos, estaba convencido de la gran fuerza moral que suponía para el imperio, y lo primero que hizo fue dar libertad para el ejercicio de su religión.

263. Ante el combate decisivo frente a Majencio, hijo de Maximiano, por el que se disputaban el trono imperial, se dio cuenta que necesitaba un auxilio extraordinario para vencer a ese poderoso enemigo e invocó al DIOS de los cristianos. Hacia el mediodía apareció en el Cielo, a la vista de todo el ejército, una Cruz luminosa rodeada de una inscripción: in hoc signo vinces, con este signo vencerás. A la noche siguiente tuvo Constantino un sueño en que Jesucristo le mandó hacer un estandarte, tomando por modelo la Cruz que se le había aparecido, y que lo llevara en las batallas como protección contra los enemigos. Fue el año 312 cuando obtuvo la resonante victoria, y Majencio, en su precipitada huida, cayo al río Tíber, donde se ahogó. Y Constantino quedó dueño de todo el imperio occidental.

264. El Edicto de Milán, año 313. A partir de la victoria, Constantino comenzó a profesar públicamente la religión cristiana; mandó poner por remate de la corona imperial la Cruz y que fuese enarbolada en la bandera de las legiones, y que se colocase en lo más alto del Capitolio. En el año 313 publicó el famoso edicto de Milán, por el que se concedía a los cristianos el libre ejercicio del culto, la restitución de las Iglesias y otros inmuebles confiscados, con la consiguiente alegría para todos los cristianos, después de 300 años de persecuciones.

265. Los orientales le tienen por Santo; su madre, Santa Elena, mando hacer excavaciones en el Calvario y descubrieron los restos de la Cruz de Cristo, que se conservan repartidos en Jerusalén, Roma y norte de España. Siglos después algunos no muy bien intencionados, no vieron con buenos ojos este triunfo, pensando que era triunfalismo, olvidándose de esos otros triunfalismos materialistas, que tanto difundían cuando podían.

266. La Iglesia a través de los siglos. Con estas libertades y favores, vendrán en masa la multitudes que piden entrar en la Iglesia; y en esa masa, los peligros de la abundante cizaña mezclada. Seguir siempre ofreciendo la salvación a todos los hombres, aunque tendrá que vencer muchos obstáculos: luchas internas, abusos de los poderes públicos, decaimiento del espíritu, malos ejemplos de algunos de sus jefes, escándalos y variadas y refinadas persecuciones externas, que de alguna forma, siempre ha habido.

267. La Iglesia con su triple poder de enseñar, gobernar y santificar, estará en constante lucha contra el espíritu mundano, el vicio y el Diablo; promoverá obras sociales de todo tipo, en todas las épocas, para todas las gentes; alentará en esa lucha constante por la perfección cristiana, ofreciendo en todo momento ese catálogo de almas santas, que día tras día, la siguen enriqueciendo. Cambiando los corazones, cambiará las estructuras; con las Verdades Inmutables de la Fe o Dogmas, con la Moral, con los Sacramentos y la Oración, con el Papado como brújula infalible, y la Virgen Inmaculada que nos invita a sentirnos todos como verdadera Familia, sigue pasando por los siglos, llevando a las almas que lo desean al Cielo.

B.- Teología: Deberes del segundo Mandamiento.

268. Ordena reverenciar el Santo Nombre de DIOS, porque merece el respeto y el honor que se debe a DIOS mismo, y nos prohíbe tomar el Nombre de DIOS en vano; en las debidas proporciones, se dice también de la Virgen, los Santos, las cosas, lugares y personas consagradas. Se nos manda en Exodo 20,7; Levítico 19,12; Deuteronomio 5,11; y en San Mateo 5,33.

269. Se entiende por el nombre de DIOS, la Majestad suprema de DIOS, Uno y Trino; honrar en el Nombre de DIOS, todos los títulos que comprende: Creador, Todopoderoso, Señor, Eterno, Infinito, Rey de reyes, Jesucristo, Santísimo Sacramento.

270. Es muy laudable y muy provechoso invocar con reverencia y amor el nombre de DIOS, al principio de las obras importantes, en los trabajos y necesidades, en los peligros, en la hora de la muerte.

271. Comprende: la Invocación reverente como ya hemos dicho, el Juramento hecho con las debidas condiciones y los Votos debidamente cumplidos.

272. El Juramento, Es la invocación del Nombre de DIOS en testimonio de la verdad; poner a DIOS por testigo de la verdad de una cosa. Puede ser asertorio cuando se emplea solo para afirmar la verdad, y promisorio cuando se emplea para confirmar con él una promesa o pacto.

273. Para que tenga validez, se ha de tener intención de jurar, al menos virtual; ha de ser con frase que no sea rutinaria, y con fórmula juratoria, usando palabras o fórmulas admitidas como tales en los juramentos. Estas fórmulas juratorias, si no figura expresamente el nombre de DIOS, habrá que examinar si es verdadero o no; a veces se invoca como testigo el nombre de aquellas cosas o criaturas En las que resplandece los atributos Divinos. San Mateo 23,20. El juramento por el honor, no tiene mÁS valor que el de una simple promesa; pues no puede jurar por el honor, los que no lo tienen o no lo respetan en los demÁS. Hay otra variedad de fÓRmulas, cuyo valor dependerÁ De la intenciÓN y las palabras que empleen.
274. El juramento es lícito cuando se hace con VERDAD, JUSTICIA O NECESIDAD; en este caso, es un acto de religión, con el que se honra a DIOS, recurriendo a El como verdad infalible. Jeremías 4,2; Gálatas 1,20; Filipenses 1,8.
275. El juramento promisorio obliga a su cumplimiento tanto si se hace a DIOS, como a los hombres, como acto de religión, si lo que se ha prometido es bueno o lícito, por la reverencia debida a DIOS. sin esto, no es válido ningún juramento.
276. El Voto. Es una promesa libre y deliberada, hecha a DIOS, de una cosa buena, posible, y mejor que su contraria, con intención de obligarse. La simple Promesa o firme resolución, no obliga bajo pecado. En cosas más concretas, consultar el Código de Derecho Canónico.

277. Catecismo, 2142 a 2149.

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Rosario Serrano
soy diseñadora gráfica y profesora de religión y de lengua y literatura
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