A.- Biblia: Persecusiones 5ª a 9ª.
B.- Teología: Deberes del 1º Mandamiento
A. Biblia: Persecusiones 5ª a 9ª.
205. 5ª Persecución. En el año 203 bajo Septimio Severo. Al principio se mostró favorable a los cristianos. Pasado poco tiempo, dictó un nuevo edicto de persecución, por el que reaparecían los tormentos y suplicios; ésta fue más general y sangrienta llegando hasta la península Ibérica, España y Portugal, donde las anteriores, apenas si se había notado.
206. Destacan los mártires San Ireneo de Lyón, llevando por el mismo camino a veinte mil cristianos, que enrojecieron con su sangre, calles, plazas, anfiteatro y el río Saona.
207. También en África, Cartago, ocurrió algo parecido, destacando a la cabeza, las Santas Perpetua y Felicidad, que fueron delante de un buen grupo de cristianos, con la inmensa alegría de morir por DIOS.
208. Uno de los apologistas o defensores de aquella época, escribía: “Somos de ayer y llenamos ya vuestras ciudades, vuestros campos y fortalezas, el Palacio y el Senado; solamente os hemos dejado los templos. Siendo como somos numerosos, podríamos recurrir a las armas, sobre todo nosotros que no tememos la muerte, si no fuera porque según nuestras máximas, debemos morir antes que matar. ¿Qué hacemos para que merezcamos la muerte? Vosotros que juzgáis a los criminales, hablad. ¿Hay entre ellos uno solo que sea cristiano? Tráigase para vuestra prueba el registro de los tribunales. Atormentadnos, torturadnos, aplastadnos; vuestras más refinadas crueldades no servirán para nada, porque cuanto más nos matéis, más nos multiplicaremos. La sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos”. Así escribía Tertuliano. Y también destacaron en defensa de la Fe, San Justino y Orígenes.
209. 6ª y 7ª Persecución. Fueron bajo los emperadores Maximino, año 237 y Decio, año 250. El edicto de Maximino iba dirigido principalmente contra los Obispos y Sacerdotes, que se vieron perseguidos con el más extremado rigor, destacando entre los mártires, los Papas San Ponciano y San Antero, el antiPapa San Hipólito, que antes se reconcilió con San Ponciano y murió mártir; y también, la virgen Santa Bárbara.
210. Con Decio ocurrió una de las más sangrientas persecuciones. Entre los diversos mártires que mandó al Cielo, se cuentan el Papa San Fabián, el Obispo de Antioquia San Babilas, el Sacerdote de Esmirna San Pionio,y la distinguida virgen de Palermo, Santa Águeda. Un niño de Cesárea, Cirilo, fue entregado al juez por su propio padre, al ver la inutilidad de sus esfuerzos para hacerle apostatar; la gente lloraba al verle ir al martirio tan joven, y les decía: en lugar de llorar, os alegraríais conmigo si conocierais la esperanza que me anima.211. 8ª y 9ª Persecución. Con Valeriano, el año 257 y Aureliano en el 274. Destacan sobre todo en la 1ª los mártires romanos San Tarsicio, niño, el Papa Sixto 2º y su Diácono San Lorenzo. En Cartago de África, el Obispo San Cipriano; y en España, San Fructuoso, Obispo de Tarragona y sus Diáconos Augurio y Eulogio.
212. San Lorenzo era el primer Diácono de Roma y era el depositario de las limosnas destinadas a socorrer a los pobres. Debido a que los perseguidores ambicionaban estas riquezas, en ese caso, como en otros muchos, tuvieron la precaución de repartirlas antes entre los más necesitados.
213. En el caso de San Lorenzo, viéndose el prefecto de Roma burlado, se enfureció, lo mandó azotar cruelmente, y después lo mando tender sobre unas parrillas al rojo vivo. El mártir, en oración, no dejó salir ninguna queja; más bien, pasado un rato, dijo al prefecto: ya estoy bastante asado por ese lado; vuélveme del otro, y come si quieres. Expiró rogando por la conversión de Roma.
214. En su recuerdo, el rey de España Felipe 2º, en el siglo 16, conmemorando una victoria sobre los franceses en San Quintín, hizo construir el famoso Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, al noroeste de Madrid, en el extremo de la sierra de Guadarrama, en forma de parrilla. Aquí se retiró él para su encuentro con DIOS, y aquí están los panteones de los últimos reyes.215. Con el emperador Aureliano, al principio se mostró benigno con los cristianos, pero después, desencadenó otra persecución que duro poco, por morir a los 8 meses. Fue martirizado el Papa San Félix 10.
B.- Teología: Deberes del 1º Mandamiento
216. Deberes del primer Mandamiento. Ordena amar a DIOS sobre todas las cosas; adorarle a El solo, con suma reverencia de cuerpo y alma, creyendo y esperando en El con fe viva. Éxodo 20,2-3: Yo soy el Señor, DIOS tuyo. No tendrás otros dioses delante de mi. Deuteronomio 6,5: Oye, Israel el Señor nuestro DIOS es un solo Señor. Amarás, pues, al Señor tu DIOS, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas. En San Mateo 22,37-38 nos presenta cómo lo confirma Jesucristo.
217. Comprende. Creer en Dios y en cuanto nos ha revelado; esperar en El; amarle con todo nuestro corazón; adorarle a El solamente, por su excelencia infinita y supremo dominio sobre todas las criaturas.
218. El deber de la Fe. Si nos fiamos de las personas, con más razón debemos fiarnos de DIOS, prestando homenaje a su suprema Veracidad. Nos obliga a creer firmemente todas las verdades reveladas por DIOS y enseñadas por la Iglesia, en virtud de la autoridad del mismo DIOS que revela, y del magisterio Infalible de la Iglesia que nos las enseña, querido por Jesucristo. Tenemos que creer necesariamente para salvarse: que hay un solo DIOS creador de todas las cosas y que las conserva con su divina Providencia; que existe otra vida donde Dios premia a los buenos y castiga a los malos que no han querido arrepentirse; y posiblemente desde la predicación del evangelio, en la Santísima Trinidad, La Encarnación, y la Redención.
219. También hemos de creer si lo llegamos a conocer: el Credo, los Mandamientos de DIOS y la Iglesia, los Sacramentos y el Padre Nuestro. El motivo por el que tenemos que creer, es la suprema veracidad de DIOS, que no puede engañarse por ser infinitamente Sabio, ni puede engañarnos por ser infinitamente Bueno. El testimonio del hombre es falible; el de DIOS, es infalible; por eso nos da certeza absoluta.
220. Tenemos obligación de hacer muchos actos de Fe desde el uso de razón, internos y externos: a lo largo de la vida, en las tentaciones y a la hora de la muerte. También obligación de profesarla públicamente cuando lo exija la gloria de DIOS o el bien de las almas. También la obligación de no negarla jamás, aún con pérdida de la vida física: San Mateo 10,28; San Lucas 9,24.
221. El deber de la Esperanza. Esperar, confiar. Nos obliga a esperar en DIOS con firme confianza, porque El lo ha prometido, y es fiel, y puede cumplir, cosa que no siempre nos pasa a los hombres. Tito 1,2.
222. Esperamos en la Vida o Gloria Eterna del Cielo y en los medios para alcanzarla: promesas de Cristo, la Iglesia, La Virgen, el Perdón, la Gracia, los Sacramentos.
223. Nuestra esperanza es firme por apoyarse en la omnipotencia y bondad de DIOS que puede y quiere darnos los bienes que ha prometido; en su fidelidad en cumplir las Promesas hechas, por los méritos de Cristo, y las buenas obras.
224. También tenemos obligación de hacer muchos actos de esperanza en la vida y en la muerte, combatiendo con todas nuestras fuerzas la desesperación.
225. El deber de la Caridad. Amar a DIOS con todo nuestro ser, sobre todas las cosas, más que a nadie, por ser El quien es, Bondad infinita. San Mateo 10,37. También hemos de amar al prójimo como a nosotros mismos, y como Jesús nos ha amado.
226. Amamos a DIOS por sí mismo, porque es infinitamente Bueno, y al prójimo, por el amor de DIOS. 1ª corintios 13; San Mateo 22,34-40. El amor de benevolencia sólo busca el bien del amado. Nos ha creado y dado todo, sin ninguna necesidad, para hacernos felices, comunicándonos su Gloria. También por los beneficios que continuamente nos está concediendo, y los inmensos premios que nos promete.
227. Tenemos obligación de hacer muchos actos de Caridad. Cuantos más, y más desinteresados, mejor. Su amor nos lo está demostrando continuamente. Nosotros a El se lo demostramos en el cumplimiento de los Mandamientos. San Juan 14,15.21.
228. El deber de la Religión. Nos obliga a dar a DIOS el culto supremo que es el de adoración estricta o latría. Adorar a DIOS es tributarle suprema reverencia, que sólo a El es debida por su excelencia infinita y supremo dominio. Es el culto propio del y al Creador, y no puede darse a ninguna otra criatura. Este culto se lo debemos a DIOS por derecho natural, porque Le pertenece; y por derecho divino positivo, por estar mandado expresamente en el Deuteronomio 6 y Salmo 95(94), 6.
229. Cuando DIOS prohíbe hacer imágenes y postrarse ante ellas, se refiere a las imágenes de los ídolos o falsos dioses, que siempre han abundado, y que son seres irreales; pero no ante los Santos que son personajes históricos y reales, que por sus buenas obras, merecen una reverencia y honor, y nos ayudan con su intercesión. El mismo DIOS mandó que se hicieran imágenes de Ángeles, para ponerlas sobre el Arca de la Alianza.
230. Extensión del culto de adoración. Se extiende a Jesucristo, a su Sagrada Humanidad; a su Sacramento donde está presente, real y verdaderamente Su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad; a la Cruz, por su relación con la Pasión, así como a todos los instrumentos que tuvieron contacto físico.
231. A los Ángeles y Santos, les damos culto de dulía o veneración de forma general; a San José de protodulía, o veneración singular, el 1º entre iguales; y a la Virgen, por su condición de Madre de DIOS, el de hiperdulía o veneración especial. Y se bendicen las cosas, casas, lugares y todo lo que sea de uso humano, para que ayuden al verdadero progreso del alma y del cuerpo, para la Gloria de DIOS, en esta vida, y sobre todo, en la otra.
232. Catecismo del 2083 al 2109.
TEOLOGIA 2 : TEMA 9
18:54
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TEOLOGIA 2 : TEMA 9
miércoles, 6 de mayo de 2009
A.- Biblia: Persecusiones 5ª a 9ª.
B.- Teología: Deberes del 1º Mandamiento
A. Biblia: Persecusiones 5ª a 9ª.
205. 5ª Persecución. En el año 203 bajo Septimio Severo. Al principio se mostró favorable a los cristianos. Pasado poco tiempo, dictó un nuevo edicto de persecución, por el que reaparecían los tormentos y suplicios; ésta fue más general y sangrienta llegando hasta la península Ibérica, España y Portugal, donde las anteriores, apenas si se había notado.
206. Destacan los mártires San Ireneo de Lyón, llevando por el mismo camino a veinte mil cristianos, que enrojecieron con su sangre, calles, plazas, anfiteatro y el río Saona.
207. También en África, Cartago, ocurrió algo parecido, destacando a la cabeza, las Santas Perpetua y Felicidad, que fueron delante de un buen grupo de cristianos, con la inmensa alegría de morir por DIOS.
208. Uno de los apologistas o defensores de aquella época, escribía: “Somos de ayer y llenamos ya vuestras ciudades, vuestros campos y fortalezas, el Palacio y el Senado; solamente os hemos dejado los templos. Siendo como somos numerosos, podríamos recurrir a las armas, sobre todo nosotros que no tememos la muerte, si no fuera porque según nuestras máximas, debemos morir antes que matar. ¿Qué hacemos para que merezcamos la muerte? Vosotros que juzgáis a los criminales, hablad. ¿Hay entre ellos uno solo que sea cristiano? Tráigase para vuestra prueba el registro de los tribunales. Atormentadnos, torturadnos, aplastadnos; vuestras más refinadas crueldades no servirán para nada, porque cuanto más nos matéis, más nos multiplicaremos. La sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos”. Así escribía Tertuliano. Y también destacaron en defensa de la Fe, San Justino y Orígenes.
209. 6ª y 7ª Persecución. Fueron bajo los emperadores Maximino, año 237 y Decio, año 250. El edicto de Maximino iba dirigido principalmente contra los Obispos y Sacerdotes, que se vieron perseguidos con el más extremado rigor, destacando entre los mártires, los Papas San Ponciano y San Antero, el antiPapa San Hipólito, que antes se reconcilió con San Ponciano y murió mártir; y también, la virgen Santa Bárbara.
210. Con Decio ocurrió una de las más sangrientas persecuciones. Entre los diversos mártires que mandó al Cielo, se cuentan el Papa San Fabián, el Obispo de Antioquia San Babilas, el Sacerdote de Esmirna San Pionio,y la distinguida virgen de Palermo, Santa Águeda. Un niño de Cesárea, Cirilo, fue entregado al juez por su propio padre, al ver la inutilidad de sus esfuerzos para hacerle apostatar; la gente lloraba al verle ir al martirio tan joven, y les decía: en lugar de llorar, os alegraríais conmigo si conocierais la esperanza que me anima.211. 8ª y 9ª Persecución. Con Valeriano, el año 257 y Aureliano en el 274. Destacan sobre todo en la 1ª los mártires romanos San Tarsicio, niño, el Papa Sixto 2º y su Diácono San Lorenzo. En Cartago de África, el Obispo San Cipriano; y en España, San Fructuoso, Obispo de Tarragona y sus Diáconos Augurio y Eulogio.
212. San Lorenzo era el primer Diácono de Roma y era el depositario de las limosnas destinadas a socorrer a los pobres. Debido a que los perseguidores ambicionaban estas riquezas, en ese caso, como en otros muchos, tuvieron la precaución de repartirlas antes entre los más necesitados.
213. En el caso de San Lorenzo, viéndose el prefecto de Roma burlado, se enfureció, lo mandó azotar cruelmente, y después lo mando tender sobre unas parrillas al rojo vivo. El mártir, en oración, no dejó salir ninguna queja; más bien, pasado un rato, dijo al prefecto: ya estoy bastante asado por ese lado; vuélveme del otro, y come si quieres. Expiró rogando por la conversión de Roma.
214. En su recuerdo, el rey de España Felipe 2º, en el siglo 16, conmemorando una victoria sobre los franceses en San Quintín, hizo construir el famoso Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, al noroeste de Madrid, en el extremo de la sierra de Guadarrama, en forma de parrilla. Aquí se retiró él para su encuentro con DIOS, y aquí están los panteones de los últimos reyes.215. Con el emperador Aureliano, al principio se mostró benigno con los cristianos, pero después, desencadenó otra persecución que duro poco, por morir a los 8 meses. Fue martirizado el Papa San Félix 10.
B.- Teología: Deberes del 1º Mandamiento
216. Deberes del primer Mandamiento. Ordena amar a DIOS sobre todas las cosas; adorarle a El solo, con suma reverencia de cuerpo y alma, creyendo y esperando en El con fe viva. Éxodo 20,2-3: Yo soy el Señor, DIOS tuyo. No tendrás otros dioses delante de mi. Deuteronomio 6,5: Oye, Israel el Señor nuestro DIOS es un solo Señor. Amarás, pues, al Señor tu DIOS, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas. En San Mateo 22,37-38 nos presenta cómo lo confirma Jesucristo.
217. Comprende. Creer en Dios y en cuanto nos ha revelado; esperar en El; amarle con todo nuestro corazón; adorarle a El solamente, por su excelencia infinita y supremo dominio sobre todas las criaturas.
218. El deber de la Fe. Si nos fiamos de las personas, con más razón debemos fiarnos de DIOS, prestando homenaje a su suprema Veracidad. Nos obliga a creer firmemente todas las verdades reveladas por DIOS y enseñadas por la Iglesia, en virtud de la autoridad del mismo DIOS que revela, y del magisterio Infalible de la Iglesia que nos las enseña, querido por Jesucristo. Tenemos que creer necesariamente para salvarse: que hay un solo DIOS creador de todas las cosas y que las conserva con su divina Providencia; que existe otra vida donde Dios premia a los buenos y castiga a los malos que no han querido arrepentirse; y posiblemente desde la predicación del evangelio, en la Santísima Trinidad, La Encarnación, y la Redención.
219. También hemos de creer si lo llegamos a conocer: el Credo, los Mandamientos de DIOS y la Iglesia, los Sacramentos y el Padre Nuestro. El motivo por el que tenemos que creer, es la suprema veracidad de DIOS, que no puede engañarse por ser infinitamente Sabio, ni puede engañarnos por ser infinitamente Bueno. El testimonio del hombre es falible; el de DIOS, es infalible; por eso nos da certeza absoluta.
220. Tenemos obligación de hacer muchos actos de Fe desde el uso de razón, internos y externos: a lo largo de la vida, en las tentaciones y a la hora de la muerte. También obligación de profesarla públicamente cuando lo exija la gloria de DIOS o el bien de las almas. También la obligación de no negarla jamás, aún con pérdida de la vida física: San Mateo 10,28; San Lucas 9,24.
221. El deber de la Esperanza. Esperar, confiar. Nos obliga a esperar en DIOS con firme confianza, porque El lo ha prometido, y es fiel, y puede cumplir, cosa que no siempre nos pasa a los hombres. Tito 1,2.
222. Esperamos en la Vida o Gloria Eterna del Cielo y en los medios para alcanzarla: promesas de Cristo, la Iglesia, La Virgen, el Perdón, la Gracia, los Sacramentos.
223. Nuestra esperanza es firme por apoyarse en la omnipotencia y bondad de DIOS que puede y quiere darnos los bienes que ha prometido; en su fidelidad en cumplir las Promesas hechas, por los méritos de Cristo, y las buenas obras.
224. También tenemos obligación de hacer muchos actos de esperanza en la vida y en la muerte, combatiendo con todas nuestras fuerzas la desesperación.
225. El deber de la Caridad. Amar a DIOS con todo nuestro ser, sobre todas las cosas, más que a nadie, por ser El quien es, Bondad infinita. San Mateo 10,37. También hemos de amar al prójimo como a nosotros mismos, y como Jesús nos ha amado.
226. Amamos a DIOS por sí mismo, porque es infinitamente Bueno, y al prójimo, por el amor de DIOS. 1ª corintios 13; San Mateo 22,34-40. El amor de benevolencia sólo busca el bien del amado. Nos ha creado y dado todo, sin ninguna necesidad, para hacernos felices, comunicándonos su Gloria. También por los beneficios que continuamente nos está concediendo, y los inmensos premios que nos promete.
227. Tenemos obligación de hacer muchos actos de Caridad. Cuantos más, y más desinteresados, mejor. Su amor nos lo está demostrando continuamente. Nosotros a El se lo demostramos en el cumplimiento de los Mandamientos. San Juan 14,15.21.
228. El deber de la Religión. Nos obliga a dar a DIOS el culto supremo que es el de adoración estricta o latría. Adorar a DIOS es tributarle suprema reverencia, que sólo a El es debida por su excelencia infinita y supremo dominio. Es el culto propio del y al Creador, y no puede darse a ninguna otra criatura. Este culto se lo debemos a DIOS por derecho natural, porque Le pertenece; y por derecho divino positivo, por estar mandado expresamente en el Deuteronomio 6 y Salmo 95(94), 6.
229. Cuando DIOS prohíbe hacer imágenes y postrarse ante ellas, se refiere a las imágenes de los ídolos o falsos dioses, que siempre han abundado, y que son seres irreales; pero no ante los Santos que son personajes históricos y reales, que por sus buenas obras, merecen una reverencia y honor, y nos ayudan con su intercesión. El mismo DIOS mandó que se hicieran imágenes de Ángeles, para ponerlas sobre el Arca de la Alianza.
230. Extensión del culto de adoración. Se extiende a Jesucristo, a su Sagrada Humanidad; a su Sacramento donde está presente, real y verdaderamente Su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad; a la Cruz, por su relación con la Pasión, así como a todos los instrumentos que tuvieron contacto físico.
231. A los Ángeles y Santos, les damos culto de dulía o veneración de forma general; a San José de protodulía, o veneración singular, el 1º entre iguales; y a la Virgen, por su condición de Madre de DIOS, el de hiperdulía o veneración especial. Y se bendicen las cosas, casas, lugares y todo lo que sea de uso humano, para que ayuden al verdadero progreso del alma y del cuerpo, para la Gloria de DIOS, en esta vida, y sobre todo, en la otra.
232. Catecismo del 2083 al 2109.
B.- Teología: Deberes del 1º Mandamiento
A. Biblia: Persecusiones 5ª a 9ª.
205. 5ª Persecución. En el año 203 bajo Septimio Severo. Al principio se mostró favorable a los cristianos. Pasado poco tiempo, dictó un nuevo edicto de persecución, por el que reaparecían los tormentos y suplicios; ésta fue más general y sangrienta llegando hasta la península Ibérica, España y Portugal, donde las anteriores, apenas si se había notado.
206. Destacan los mártires San Ireneo de Lyón, llevando por el mismo camino a veinte mil cristianos, que enrojecieron con su sangre, calles, plazas, anfiteatro y el río Saona.
207. También en África, Cartago, ocurrió algo parecido, destacando a la cabeza, las Santas Perpetua y Felicidad, que fueron delante de un buen grupo de cristianos, con la inmensa alegría de morir por DIOS.
208. Uno de los apologistas o defensores de aquella época, escribía: “Somos de ayer y llenamos ya vuestras ciudades, vuestros campos y fortalezas, el Palacio y el Senado; solamente os hemos dejado los templos. Siendo como somos numerosos, podríamos recurrir a las armas, sobre todo nosotros que no tememos la muerte, si no fuera porque según nuestras máximas, debemos morir antes que matar. ¿Qué hacemos para que merezcamos la muerte? Vosotros que juzgáis a los criminales, hablad. ¿Hay entre ellos uno solo que sea cristiano? Tráigase para vuestra prueba el registro de los tribunales. Atormentadnos, torturadnos, aplastadnos; vuestras más refinadas crueldades no servirán para nada, porque cuanto más nos matéis, más nos multiplicaremos. La sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos”. Así escribía Tertuliano. Y también destacaron en defensa de la Fe, San Justino y Orígenes.
209. 6ª y 7ª Persecución. Fueron bajo los emperadores Maximino, año 237 y Decio, año 250. El edicto de Maximino iba dirigido principalmente contra los Obispos y Sacerdotes, que se vieron perseguidos con el más extremado rigor, destacando entre los mártires, los Papas San Ponciano y San Antero, el antiPapa San Hipólito, que antes se reconcilió con San Ponciano y murió mártir; y también, la virgen Santa Bárbara.
210. Con Decio ocurrió una de las más sangrientas persecuciones. Entre los diversos mártires que mandó al Cielo, se cuentan el Papa San Fabián, el Obispo de Antioquia San Babilas, el Sacerdote de Esmirna San Pionio,y la distinguida virgen de Palermo, Santa Águeda. Un niño de Cesárea, Cirilo, fue entregado al juez por su propio padre, al ver la inutilidad de sus esfuerzos para hacerle apostatar; la gente lloraba al verle ir al martirio tan joven, y les decía: en lugar de llorar, os alegraríais conmigo si conocierais la esperanza que me anima.211. 8ª y 9ª Persecución. Con Valeriano, el año 257 y Aureliano en el 274. Destacan sobre todo en la 1ª los mártires romanos San Tarsicio, niño, el Papa Sixto 2º y su Diácono San Lorenzo. En Cartago de África, el Obispo San Cipriano; y en España, San Fructuoso, Obispo de Tarragona y sus Diáconos Augurio y Eulogio.
212. San Lorenzo era el primer Diácono de Roma y era el depositario de las limosnas destinadas a socorrer a los pobres. Debido a que los perseguidores ambicionaban estas riquezas, en ese caso, como en otros muchos, tuvieron la precaución de repartirlas antes entre los más necesitados.
213. En el caso de San Lorenzo, viéndose el prefecto de Roma burlado, se enfureció, lo mandó azotar cruelmente, y después lo mando tender sobre unas parrillas al rojo vivo. El mártir, en oración, no dejó salir ninguna queja; más bien, pasado un rato, dijo al prefecto: ya estoy bastante asado por ese lado; vuélveme del otro, y come si quieres. Expiró rogando por la conversión de Roma.
214. En su recuerdo, el rey de España Felipe 2º, en el siglo 16, conmemorando una victoria sobre los franceses en San Quintín, hizo construir el famoso Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, al noroeste de Madrid, en el extremo de la sierra de Guadarrama, en forma de parrilla. Aquí se retiró él para su encuentro con DIOS, y aquí están los panteones de los últimos reyes.215. Con el emperador Aureliano, al principio se mostró benigno con los cristianos, pero después, desencadenó otra persecución que duro poco, por morir a los 8 meses. Fue martirizado el Papa San Félix 10.
B.- Teología: Deberes del 1º Mandamiento
216. Deberes del primer Mandamiento. Ordena amar a DIOS sobre todas las cosas; adorarle a El solo, con suma reverencia de cuerpo y alma, creyendo y esperando en El con fe viva. Éxodo 20,2-3: Yo soy el Señor, DIOS tuyo. No tendrás otros dioses delante de mi. Deuteronomio 6,5: Oye, Israel el Señor nuestro DIOS es un solo Señor. Amarás, pues, al Señor tu DIOS, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas. En San Mateo 22,37-38 nos presenta cómo lo confirma Jesucristo.
217. Comprende. Creer en Dios y en cuanto nos ha revelado; esperar en El; amarle con todo nuestro corazón; adorarle a El solamente, por su excelencia infinita y supremo dominio sobre todas las criaturas.
218. El deber de la Fe. Si nos fiamos de las personas, con más razón debemos fiarnos de DIOS, prestando homenaje a su suprema Veracidad. Nos obliga a creer firmemente todas las verdades reveladas por DIOS y enseñadas por la Iglesia, en virtud de la autoridad del mismo DIOS que revela, y del magisterio Infalible de la Iglesia que nos las enseña, querido por Jesucristo. Tenemos que creer necesariamente para salvarse: que hay un solo DIOS creador de todas las cosas y que las conserva con su divina Providencia; que existe otra vida donde Dios premia a los buenos y castiga a los malos que no han querido arrepentirse; y posiblemente desde la predicación del evangelio, en la Santísima Trinidad, La Encarnación, y la Redención.
219. También hemos de creer si lo llegamos a conocer: el Credo, los Mandamientos de DIOS y la Iglesia, los Sacramentos y el Padre Nuestro. El motivo por el que tenemos que creer, es la suprema veracidad de DIOS, que no puede engañarse por ser infinitamente Sabio, ni puede engañarnos por ser infinitamente Bueno. El testimonio del hombre es falible; el de DIOS, es infalible; por eso nos da certeza absoluta.
220. Tenemos obligación de hacer muchos actos de Fe desde el uso de razón, internos y externos: a lo largo de la vida, en las tentaciones y a la hora de la muerte. También obligación de profesarla públicamente cuando lo exija la gloria de DIOS o el bien de las almas. También la obligación de no negarla jamás, aún con pérdida de la vida física: San Mateo 10,28; San Lucas 9,24.
221. El deber de la Esperanza. Esperar, confiar. Nos obliga a esperar en DIOS con firme confianza, porque El lo ha prometido, y es fiel, y puede cumplir, cosa que no siempre nos pasa a los hombres. Tito 1,2.
222. Esperamos en la Vida o Gloria Eterna del Cielo y en los medios para alcanzarla: promesas de Cristo, la Iglesia, La Virgen, el Perdón, la Gracia, los Sacramentos.
223. Nuestra esperanza es firme por apoyarse en la omnipotencia y bondad de DIOS que puede y quiere darnos los bienes que ha prometido; en su fidelidad en cumplir las Promesas hechas, por los méritos de Cristo, y las buenas obras.
224. También tenemos obligación de hacer muchos actos de esperanza en la vida y en la muerte, combatiendo con todas nuestras fuerzas la desesperación.
225. El deber de la Caridad. Amar a DIOS con todo nuestro ser, sobre todas las cosas, más que a nadie, por ser El quien es, Bondad infinita. San Mateo 10,37. También hemos de amar al prójimo como a nosotros mismos, y como Jesús nos ha amado.
226. Amamos a DIOS por sí mismo, porque es infinitamente Bueno, y al prójimo, por el amor de DIOS. 1ª corintios 13; San Mateo 22,34-40. El amor de benevolencia sólo busca el bien del amado. Nos ha creado y dado todo, sin ninguna necesidad, para hacernos felices, comunicándonos su Gloria. También por los beneficios que continuamente nos está concediendo, y los inmensos premios que nos promete.
227. Tenemos obligación de hacer muchos actos de Caridad. Cuantos más, y más desinteresados, mejor. Su amor nos lo está demostrando continuamente. Nosotros a El se lo demostramos en el cumplimiento de los Mandamientos. San Juan 14,15.21.
228. El deber de la Religión. Nos obliga a dar a DIOS el culto supremo que es el de adoración estricta o latría. Adorar a DIOS es tributarle suprema reverencia, que sólo a El es debida por su excelencia infinita y supremo dominio. Es el culto propio del y al Creador, y no puede darse a ninguna otra criatura. Este culto se lo debemos a DIOS por derecho natural, porque Le pertenece; y por derecho divino positivo, por estar mandado expresamente en el Deuteronomio 6 y Salmo 95(94), 6.
229. Cuando DIOS prohíbe hacer imágenes y postrarse ante ellas, se refiere a las imágenes de los ídolos o falsos dioses, que siempre han abundado, y que son seres irreales; pero no ante los Santos que son personajes históricos y reales, que por sus buenas obras, merecen una reverencia y honor, y nos ayudan con su intercesión. El mismo DIOS mandó que se hicieran imágenes de Ángeles, para ponerlas sobre el Arca de la Alianza.
230. Extensión del culto de adoración. Se extiende a Jesucristo, a su Sagrada Humanidad; a su Sacramento donde está presente, real y verdaderamente Su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad; a la Cruz, por su relación con la Pasión, así como a todos los instrumentos que tuvieron contacto físico.
231. A los Ángeles y Santos, les damos culto de dulía o veneración de forma general; a San José de protodulía, o veneración singular, el 1º entre iguales; y a la Virgen, por su condición de Madre de DIOS, el de hiperdulía o veneración especial. Y se bendicen las cosas, casas, lugares y todo lo que sea de uso humano, para que ayuden al verdadero progreso del alma y del cuerpo, para la Gloria de DIOS, en esta vida, y sobre todo, en la otra.
232. Catecismo del 2083 al 2109.
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