Mons. Tihamet Toth.
Segunda parte del libro El Mesías.
Resumen y actualización.
399.- Emerson, filósofo americano, consigna un episodio interesante en un viaje que hizo en autobús. Un día bochornoso de verano subió cansado y sin humor a un auto de finca. Con tedio iba realizando su viaje de media hora. Con el mismo sopor, y sin pensar en nada, estaban sentados también los demás viajeros del coche, cuando en una de las paradas, subió una mujer joven con su hijito, de cabellos rubios y ojos azules. Apenas se hubieron sentado en un rincón del coche, cambió del todo el humor de los pasajeros. Como si todas las preguntas, sonrisas, carcajadas del inocente niño trajesen el aire del paraíso perdido a los hombres cansados por el camino de la vida. Y la madre sonreía con tanto encanto y amor a su hijito, y le hablaba con tal cariño, que la mirada de todos se clavaba en ellos y un calor extraño derretía los corazones, sumidos antes en la indiferencia.
400.- El autobús que los astrónomos llaman Tierra iba corriendo, hacia ya millares de años, con millones y millones de viajeros: hombres agotados, maltrechos, sumidos en la indolencia, que ni sabían a dónde iba el coche … cuando un día, hace más de dos mil años, subió a él una Madre joven" y Virgen Inmaculada, "teniendo en sus brazos a su Hijito, rubio y sonriente; y apenas ocupó un asiento en un rincón del coche, allá en la cueva de Belén, el alma de los viajeros se sintió caldeada por un fuego jamás sentido, y el corazón, antes indiferente, recibió nuevas fuerzas, como por engaño, de una belleza y ternura desconocidas. Y desde aquel día, la Madre Virgen y el hijo viajan siempre con nosotros e irradian un encanto indecible y una fuerza de aliento que refrigera las almas cansadas en las luchas de la vida.
401.- No se puede hablar mucho de Jesucristo sin extenderse también de su Madre siempre Virgen. No es posible dar a conocer la doctrina de Cristo, el Cristianismo, sin mencionar a la Virgen Maria. Es la Virgen Santísima quien comunica hermosura, fragancia y encanto al cristianismo. El la es la antorcha de la gruta de Belén, la estrella más hermosa de la noche santa. Su murmullo es la más dulce Gloria. Nazaret no sería el hogar de Jesús si en este Hogar no encontráramos a su Madre y al Arcángel; el Gólgota no seria tan admirablemente conmovedor si Jesús no hubiese plantado junto al árbol de fa cruz el lirio del valle, el primero regado por la sangre preciosísima, o esa rosa que sube por el árbol y florece en sentimientos de dolor.
402.- La Virgen santísima logra el primer milagro, recorre la primera el camino de la cruz, encierra en su corazón la fe puesta en el Hijo muerto y en su obra; es la primera que besa, con el deseo y el consuelo de la felicidad eterna, las llagas de Jesús; hace, sola Ella, la vigilia de la primera resurrección. Ella sola esperó 33 años antes al Verbo en la noche de la Anunciación; Ella sola Le recibió en la Navidad de Belén; Ella sola le aguardó en el amanecer de la Pascua Florida.
403.- Nació de Maria Virgen, así rezamos en el Credo. El Credo no contiene sino estas cuatro palabras, a Ella referentes: Nació de Maria Virgen. Breve frase, pero su contenido es tan profundo que nunca terminamos de admirar": El culto a la Inmaculada siempre Virgen Maria "es un árbol de magnífica fecundidad, que se despliega y difunde su fragancia con miles y miles de notesperfumadas en nuestros templos, en nuestros cánticos, en nuestras imágenes, en nuestras fiestas, en nuestros santuarios, centros de romería. ¿De qué raíces se alimenta? Por ser la Madre de DIOS y porque la Sagrada Escritura, Palabra de DIOS, nos inculca su culto.
404.- La Madre de DIOS. Como un gigantesco árbol lleno de bendiciones extiende sus ramas el culto de Maria sobre todo el mundo católico; y la raíz última del árbol inmenso, la raíz por donde toma su savia la vida, es esta breve frase: creo en Jesucristo...que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, y nació de Santa Maria Virgen. Todo el culto templado, gracioso, poético con que las almas católicas se inclinan ante María, brota de nuestra creencia en Cristo.
404.- Resumo en unas breves frases todo cuanto creemos de María, siempre Virgen. La Virgen Maria es Madre de Jesucristo, por lo tanto es Madre de DIOS; Madre, y con todo, siempre Virgen; Madre de un Hijo único, Jesucristo, el cual fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, no por obra de varón como los demás hombres. La Virgen Maria, precisamente por su dignidad de Madre de DIOS, fue preservada por DIOS aún de la culpa original, de modo que nació y vivió exenta siempre de toda clase de pecado. he aquí en breves palabras nuestra fe tocante a María.
405.- Es interesante la manera de cómo salió de un atolladero un cierto orador de la antigüedad. Tuvo que hacer un discurso referente a Felipe de Macedonia; mas no alabó las cualidades de gobierno, ni las dotes guerreras de Felipe, sino que, con voz emocionada, dijo estas palabras: Basta decir de ti, Felipe, que has sido el padre de Alejandro Magno"; vencedor en muchas batallas, pero vencido por la gula.
También nosotros podríamos tratar largamente de la Virgen Maria, de la hermosura de su alma, de sus virtudes, de su amor a DIOS, de su prontitud al sacrificio; pero la ensalzamos de modo más digno diciendo: Basta decir de Ti, Virgen Santa, que fuiste la Madre de Jesús.
406.- Extraña un poco ver lo poco que habla la Sagrada Escritura de la Virgen María. Pocas veces se la menciona en los acontecimientos. En cambio, las pocas bases que se refieren a Ella son más que suficientes para probar la legitimidad del culto que le tributamos. Porque aquellas frases escasas afirman tales glorias de Maria, que nadie puede decirlas mayores: Y Jacob engendró a José. El esposo de Maria, de la cual nació Jesús, por sobrenombre Cristo, San Mateo 1,16. Y en San Juan 1,14: Y el Verbo se hizo carne, es decir, el que recibió de Maria carne mortal es el Hijo eterno de DIOS. De modo que María es Madre de DIOS.
407.- ¡Qué palabras tan sencillas y, con todo, tan llenas de consecuencias! De la cual nació Jesús, esto es todo. ¡Esta mujer es tan grande, tan llena de gracia, tan admirable, tan santa, que puede ser Madre de DIOS! También Ella es hija de Adán; pero es tan conforme al pensamiento de DIOS, que quiso el Señor su cooperación, en lo más sublime del mundo: la Encarnación del Verbo.
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