1.- En la Avenida Abancay, de Lima, me dijo un ambulante: Adiós, cura, desgraciado. Yo iba rezando el Rosario, con mi sotana; me fui hacia él y le dije: ¿sabes lo que significa la palabra desgraciado? Significa que no tienes gracia; si tú vives en pecado mortal, eres más desgraciado que yo; y si yo viviera como tú, lo sería también. Cambió de cara pues no se esperaba que le hablara, nos despedimos y seguí rezando mi tercera parte del Rosario, pidiendo por él, y por todos los desgraciados que viven sin la Gracia de DIOS, es decir, en pecado grave.
2.- Año Sacerdotal en la Iglesia Católica.- Acción de Gracias por su triple acción de Bendecir, Perdonar y Consagrar, querido por Jesucristo, que pudiendo poner ángeles, quiso poner hombres de carne y hueso, con todos sus defectos y virtudes. Sea lo que sea el Sacerdote en su vida privada y personal, en su Ministerio, querido por Jesucristo, consagrado en el Sacramento del Orden, Ungido por tercera vez con el Santo Crisma y recibiendo al Espíritu Santo por la imposición de las manos, San Juan 20, te Bendice, te Perdona y Consagra.
3.- El Sacerdote actúa en Persona de Cristo, no de la Iglesia, y su vida privada no disminuye nada y ni empaña su Ministerio. Te da la Gracia Santificante, aunque él no la tenga. Hace posible la Eucaristía, DIOS escondido bajo las especies de pan y vino, tres veces por segundo en alguna parte de la tierra, comprobado al dividir el medio millón de sacerdotes entre los segundos que tiene un día.
4.- Los malos ejemplos que algunos dan, confirman que somos humanos; y los buenos ejemplos que otros dan, -Santos-, confirman los poderes Divinos que tenemos. Me decía un taxista de Lima, al subir con mi sotana: yo, por culpa de un mal sacerdote, me he hecho evangélico; y le contesté: yo, por culpa de los malos ejemplos de dos sacerdotes, me he hecho Sacerdote; depende de cómo usted quiera verlo. Y es verdad porque mi vocación vino en un cuartel en África con cuatro mil soldados árabes y españoles, los dos capellanes que teníamos no se portaba bien. No vamos a dudar de la Medicina porque haya malos médicos, ni del Derecho, porque haya malos abogados.
5.- Una señora del pueblo, me ha dado esta oración:
“Señor: vengo a agradecerte por estos hombres que han aceptado hacerse y ser nuestros sacerdotes. Si hubieran preferido una mujer y unos hijos, ahora estaríamos desamparados. Gracias, Señor, por haberles dado valor para este sacrificio. Por ellos podemos recibir Tu Bendición, el Perdón de los Pecados, el Pan de Vida, formar Hogares Cristianos Católicos, vivir en Tu Gracia y morir en Tu paz. Gracias, Señor, por los defectos de nuestros sacerdotes, porque si fueran perfectos, quizá no entendieran nuestras debilidades. A veces olvido que tienen que acompañarnos, aunque se sientan solos; que deben consolarnos, aunque estén tristes; que deben ayudarnos, aun cuando ellos mismos necesiten ayuda. Señor: enséñanos a comprender o aceptar a los sacerdotes; enséñanos a amarlos con toda su realidad, a ayudarlos en sus penas, a acompañarlos en sus alegrías, y haz que encuentren entre nosotros muchas vocaciones generosas”. Os bendice.
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